Si tengo que elegir un género cinematográfico me quedo con el que me provoque más emociones positivas como la sonrisa, pero también las lágrimas, de felicidad. La película de vuestra boda no tiene una definición concreta ni única, pero sí un final feliz. Contar vuestra historia de amor y materializarla en una película comienza con un feeling especial entre nosotros que me invita a merodear por los rincones secretos de vuestros sentimientos y emociones. Entre el comienzo y el final, sencillamente fluimos. Busco parejas salerosas que hacen del día de su boda un banquete de sabores, que se atreven con la sal, pero también con la pimienta. Y un poquito de azúcar, para equilibrar.